Alejandro Ceballos, el nuevo zar de los casinos en Venezuela

Su nombre no es de los más sonados dentro de la red cleptocrática del régimen pero ello no le ha impedido enriquecerse en base a contratos de construcción y como proveedor de alimentos. Ahora, controla los casinos de Venezuela.

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Alejandro Ceballos Jiménez, contratista y proveedor del régimen de Maduro, ahora el zar de los casinos

Cuando se quiere señalar que alguien es muy poderoso en un sector o ámbito, se le suele calificar de zar, palabra que proviene del idioma ruso y se refiere al emperador de Rusia. Hoy en día, se usa en varios idiomas y significa lo mismo: Rey de reyes, la persona más poderosa. 

El chavismo-madurismo tiene varios “zares” en su haber: el zar de los alimentos, Alex Saab, posición ocupada anteriormente por Ricardo Fernández Barrueco; el zar del petróleo, Rafael Ramírez, presidente de PDVSA durante diez años y ministro de petróleo y minería durante doce; el zar de las finanzas, como llegó a llamarse a Simón Zerpa; el zar de los seguros, Omar Farías; etc.

En la lista de los territorios dominados por “emperadores” figura el sector del juego. Hasta hace unos de años, el título de zar lo ostentaba Domingo Goncalves quien en septiembre de 2013 fue detenido e imputado por legitimación de capitales a través de varios casinos de su propiedad. Ahora el nuevo jerarca de los casinos es Alejandro Ceballos.

Cuando Maduro anunció el 20 de enero de 2020 la reapertura de los casinos luego de diez años de veto “ideológico”, el primer beneficiado fue Alejandro Ceballos y su grupo de empresas. Ese día, la Operadora Turística Humboldt 1956 – 75% de cuyas acciones está a nombre de Luis Alberto Fernández, representante de Ceballos – recibió la autorización para administrar no solo el hotel sino también para abrir un casino en sus instalaciones. 

Un tiempo después, y debido a fallas en el teleférico que sirve al cerro El Ávila y por lo tanto al Hotel Humboldt, el casino fue mudado a la zona de Las Mercedes en Caracas donde funciona todos los días desde las 10 de la mañana hasta medianoche. Ofrece mesas de blackjack, bacará, ruletas y 45 máquinas traganíqueles.

En su afán por controlar el negocio del juego en Caracas, Ceballos buscó un acuerdo con los  propietarios del Hotel Eurobuilding para operar el casino ubicado en sus instalaciones a cambio de un arrendamiento de doscientos mil dólares mensuales. Al frente del casino de Las Mercedes, cuya apertura tuvo amplia repercusión en las redes sociales, como en el del Hotel Eurobuilding, Ceballos colocó a su hijo Alejandro Caballos (alias el Nené), amigo y socio de los hijos de Cilia Flores. Sin embargo, en un giro inesperado para el todopoderoso seudo empresario, y por decisión de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, la Comisión Nacional de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles (CNC) aprobó la reapertura del casino del Hotel Tamanaco a favor de sus accionistas.

La ambición de Ceballos por tener la exclusividad de los casinos en la capital le había generado conflictos con el ex presidente de la CNC, almirante Carlos José Acevedo Vieira. Al parecer, sus relaciones con la Comisión han mejorado sustancialmente desde la llegada a la presidencia de Tatiana del Rocío Ramírez Hernández. Prueba de ello es que Ceballos ha obtenido en exclusiva el permiso de importación de las máquinas de juego de todos los casinos del país a través de una de sus empresas: Conami Electrónica, C.A.

En la página web de la CNC se señala que Conami Electrónica, C.A. es la única empresa autorizada para importar e instalar máquinas traganíqueles o aparatos de juego en los casinos que cuenten con las respectivas licencias expedidas por la Comisión.

Se trata de un negocio de cientos de  millones de dólares bajo el control exclusivo de una compañía que no tiene página web ni correo institucional, pero que además presenta un pobre récord de actividad entre 2009 y 2020, como se muestra en el sitio especializado en comercio internacional Import Genius.

Por si fuera poco, según la lista de supuestos casinos autorizados que circula en Internet y que no ha sido desmentida, una empresa de nombre similar – Conami – también tiene licencia para operar uno de los treinta casinos aprobados por la CNC.

  • Hotel Dubai – Caracas
  • Waldorf – Caracas
  • Tamanaco – Caracas
  • Humboldt – Caracas*
  • Conami – Caracas *
  • Macaracuay – Miranda
  • La Cascada – Miranda
  • La Urbina – Miranda
  • Coliseo – Miranda
  • Buenaventura – Miranda
  • Concorde – Nueva Esparta
  • Charaima – Nueva Esparta
  • Caribe Plaza – Nueva Esparta
  • Platinum – Aragua
  • Ballagio – Aragua
  • Lidotel – Lara
  • Jirajara – Lara
  • Tiuna – Lara
  • Del Sur – Zulia
  • Maruma – Zulia
  • Inter – Zulia
  • Pipo – Aragua
  • Baywatch – Falcón
  • Tucacas – Falcón
  • Inter – Carabobo
  • Sun Casino – Anzoátegui
  • Eco Inn – Portuguesa
  • Center Llanos – Barinas
  • Roraima – Bolívar
  • Casino Guayana – Bolívar

Un boliburgués de bajo perfil pero de alto vuelo

Su nombre no es de los más sonados dentro de la red cleptocrática del régimen pero ello no le ha impedido enriquecerse en base a contratos de construcción y como proveedor de alimentos, entre otros rubros.

Alejandro Ceballos Jiménez es empresario de la construcción y patriarca de la familia Ceballos. Es el presidente del Grupo 7C y de la constructoa Inversiones Alfamaq. Ha obtenido importantes contratos gubernamentales para obras públicas como la construcción de escuelas, viviendas públicas e instalaciones deportivas. Ceballos fue investigado por presunta corrupción por la Asamblea Nacional y sospechosaente salió de la misma con una carta de buena conducta.

Su nombre y el de varias de sus empresas, aparecieron en el caso de los archivos del FinCen, como protagonistas de varios reportes de operaciones sospechosas (RAS), como lo explica una nota de la BBC:

En 2012, dentro del programa Gran Misión Vivienda, el gobierno otorgó 126 millones de dólares a una compañía italiana de energía, Energy Coal SPA, para construir 1.540 apartamentos para personas con recursos limitados. La firma europea subcontrató entonces el trabajo a Starleaf Limited, compañía basada en Londres y controlada por Ceballos y su familia.

Unos abogados suizos servían de representantes para ocultar la propiedad de Ceballos, según el reporte de Banco Espirito Santo a la FinCEN.

Entre 2013 y 2014 agencias del gobierno de Venezuela pagaron a Starleaf más de 146 millones de dólares, según el desaparecido banco portugués. Luego la firma londinense distribuyó decenas de millones de dólares a compañías y cuentas de la familia Ceballos, de acuerdo a Espirito Santo.

«El patrón de pagos y la significativa porción o margen enviado a miembros de la familia parecen ser excesivos», escribió el banco en un informe de febrero de 2014. Tras revisar contratos y facturas, el banco concluyó que eran «artificiales», lo que puede estar conectado con lavado de dinero o evasión fiscal.

El gobierno de Venezuela en 2015 investigó ese proyecto y concluyó que hubo «irregularidades».

En Caracas, la presencia de Alejandro Ceballos es notoria ya que se desplaza en caravanas blindadas, cuando no usa su helicóptero particular que tiene licencia para sobrevolar cualquier rincón del país, sin ningún tipo de restricciones.

Su vínculo con Nicolás Maduro es directo, al igual que en el caso de Alex Saab. Su hijo, de igual nombre, cuenta con los mismos privilegios gracias a su estrecha amistad con los hijos de Cilia Flores, alias Los Chamos.

El oscuro otorgamiento de las licencias

La Comisión Nacional de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles (CNC) es el ente regulador del juego en Venezuela. Depende del ministerio de Interior y Justicia, hasta hace poco en manos de Carmen Meléndez, quien se separó del cargo para participar en las próximas elecciones, siendo sustituida por el almirante Remigio Ceballos (sin relación familiar aparente con Alejandro Ceballos).

El otorgamiento de licencias de instalación y funcionamiento de casinos es una de las principales funciones de la comisión, junto con la supervisión de los mismos. Sin embargo, la información sobre los nombres las empresas beneficiadas con las licencias es totalmente opaca. Cuentas Claras Digital ha podido conocer algunos de los nombres detrás de las últimas licencias: 

  • Aragua:  Santiago Cruz, Norberto Macedo, Augusto Bravo, Luis Oliveiro, José Luis Santoro y José Luis Dos Santos.
  • Anzoátegui: George Estephan, propietario del Hotel Maremares de Puerto La Cruz y de su casino. Se trata del dueño del restaurante de lujo de Caracas Buhda Bar, franquicia francesa. Fuentes relacionan a Estephan con uno de los hijos de Cilia Flores. 
  • Carabobo: El casino del Hotel Intercontinental de Valencia es operado por Rafael Lacava, gobernador del estado.

Las licencias, cuyo costo fluctúa alrededor de los 400.000 dólares cada una, se habrían pagado en efectivo – dólares y euros – e inclusive con oro. Fuentes de varias ciudades de interior de Venezuela, coinciden en señalar que los maletines con el efectivo habrían sido recibidos por representantes de la CNC, en algunos casos, inclusive por directivos del mas alto nivel.

Surgen muchas preguntas: Por qué se hacen los pagos en efectivo? Cómo se verifica el origen del dinero? Cómo se gestiona el dinero en efectivo recibido?, etc.

La reactivación de los casinos, en el marco de un país que se cae a pedazos y donde el 94% de la población vive en la pobreza, ha generado críticas dentro y fuera de Venezuela. Y no todas provienen de sectores de la alternativa democrática.

Hace algunos días el escritor chavista Luis Brito García alertaba en su columna del diario Últimas Noticias – chavista también – sobre el uso de los casinos como centros de lavado de dinero y finalizaba su artículo señalando: “Si así aparecieran industrias productivas, saldríamos de la crisis. No sé si la esperanza de que se laven algunos capitales en esos pozos sin fondo justificará que se tolere tal plaga, “faltando de este modo a tu patria, a tu honor, a tu familia y tu sangre”, citando a Simón Bolívar en una carta escrita en 1826 a su sobrino Anacleto Clemente, jugador compulsivo.

En notas posteriores, abordaremos los peligros y daños colaterales de los casinos, su relación con delitos como la legitimación de capitales, la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas y el financiamiento ilegal de políticos, partidos y campañas, entre otros, en un país donde la corrupción y la impunidad campean a sus anchas.

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