Javier Alvarado Ochoa, ex viceministro de electricidad, ex presidente de Bariven y ex presidente de la Electricidad de Caracas, habría reconocido que pasó información durante años a la justicia estadounidense y a la Embajada de EEUU sobre la corrupción en la estatal petrolera PDVSA, y en particular, de los contratos irregulares que llevó a cabo el también exministro y expresidente de la empresa, Rafael Ramírez.
La información la dio a conocer el periodista Joshua Goodman, que compartió en Twitter extractos de un documento en el que se afirma que Javier Alvarado Ochoa – quien además es padre de Javier Alvarado Pardi – relacionado con el grupo Derwick de Alejandro Betancourt y Pedro Trebbau, expuso la corrupción en la petrolera a la Embajada de EEUU en Caracas, con la que colaboró en una intensa operación desde 2010 a 2015 proporcionando información y documentos relacionados a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) y PDVSA.
Entre los documentos que compartió Goodman se encuentran los detalles de un contrato sin licitación por $250 millones para una planta de energía firmado por Ramírez.
Los documentos judiciales citados por Goodman también señalan que Alvarado asistió durante varios años al Departamento de Justicia, a la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Nueva York y a la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Texas. Esa asistencia incluyó docenas de documentos y grabaciones relacionadas con la corrupción PDVSA.