La plataforma de streaming de música más grande del mundo, Spotify, ha sido objeto de un inquietante escrutinio en Suecia. No se trata de melodías pegajosas ni de promoción musical legítima. Svenska Dagbladet (SvD), uno de los principales diarios suecos, ha sacado a la luz que redes criminales han estado utilizando Spotify como una fachada para el lavado de dinero durante años. Con información de Escudo Digital.
La Unidad Operativa Nacional de la Policía Sueca ha estado observando de cerca a ciertos raperos que han estado lanzando su música en Spotify desde otoño de 2021. Al principio, parecía una forma inusual de rastrear pistas criminales a través de las letras de las canciones. Sin embargo, con el tiempo, surgió una sospecha mucho más oscura: el servicio se estaba empleando para actividades ilícitas desde 2019.
Se estima que decenas de millones de transmisiones en Spotify se han utilizado para este propósito nefasto. El proceso implicaba la compra de bitcoins a través de transacciones en efectivo a través de grupos de Facebook, seguido de la utilización de la criptomoneda para pagar reproducciones falsas, generadas por bots y cuentas secuestradas. Este oscuro comercio se llevaba a cabo en plataformas como Telegram.
A medida que aumentaban las transmisiones falsas, los artistas veían subir sus calificaciones en las listas de éxitos, lo que a su vez generaba más reproducciones legítimas. Esto condujo a la creación de sellos discográficos falsos, en los cuales artistas vinculados a grupos criminales se beneficiaban de esta popularidad artificial. Las reproducciones reales generaban ingresos genuinos en Spotify, limpiando así dinero previamente manchado por actividades ilícitas.
Este círculo vicioso también otorgaba cierta legitimidad a los raperos afiliados a los delincuentes. Sorprendentemente, hasta cuatro miembros de diferentes bandas han confirmado estas actividades ante SvD, algunos admitiendo su participación directa.
Spotify, por su parte, ha respondido a estas alegaciones, destacando que solo el 1% de las transmisiones en su servicio se consideran artificiales y que sus sistemas son capaces de detectar anomalías antes de que alcancen un nivel «significativo». Han negado tener conocimiento de contactos con las autoridades relacionados con las acusaciones presentadas y han afirmado su compromiso en abordar el problema de las transmisiones manipuladas, aunque rechazan la idea de que la plataforma esté siendo utilizada en la escala descrita por SvD. La controversia en torno a Spotify en Suecia sigue creciendo, dejando a todos con preguntas sobre el oscuro uso de la música en la criminalidad financiera.