Dubái: Refugio dorado para el principal operador de los sobornos del Banco Espirito Santo en Venezuela

João Alexandre Silva, escondido en Dubái, orquestó una vasta red de sobornos enlazando el Banco Espirito Santo con altos funcionarios durante los controvertidos mandatos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, revelando las profundidades de la corrupción transnacional

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Foto Archivo

A los 50 años, João Alexandre Silva creyó ver la oportunidad de su vida. Con 15 años de carrera en el Banco Espirito Santo (BES), este portugués se desempeñaba como Director General de la Sucursal Financiera Exterior en Madeira, un paraíso fiscal que atrae a ricos de Sudamérica y África. Su posición y conexiones con la influyente comunidad madeirense en Venezuela lo catapultaron a un rol más sombrío bajo la dirección de Ricardo Salgado, presidente del banco. Con información del ‘Expresso’ de Lisboa.

En 2009, Silva fue destinado a Espirito Santo Bankers Dubai (ESBD), donde facilitó el flujo de sobornos a funcionarios venezolanos. Entre 2009 y 2014, Salgado desembolsó 214 millones de dólares en sobornos para asegurar inversiones sustanciales de los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en el BES. Aunque múltiples ejecutivos del BES enfrentan cargos, Silva evade la justicia en Dubái, donde su residencia fue recientemente renovada en 2022.

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Además de su salario, Silva recibió casi ocho millones de dólares por sus servicios irregulares, incluyendo bonificaciones y préstamos no devueltos usados para adquirir propiedades en Dubái. La investigación «Dubai Unlocked», que involucra a 70 medios globales, liderada por el Proyecto de Reportería sobre el Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP), ha revelado que Silva aún mantiene propiedades bajo entidades offshore.

Entre los funcionarios venezolanos presuntamente involucrados en la trama de sobornos del Banco Espírito Santo se encuentran Rafael Ramírez, quien fue canciller, ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, y otros altos cargos de la petrolera estatal y de Bariven. Además, la lista de receptores de pagos irregulares incluye a 19 funcionarios vinculados al Banco del Tesoro y el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), así como a empresas públicas como la Electricidad de Caracas.

A pesar de los esfuerzos de Portugal por cooperar con Dubái en la investigación, los constantes rechazos de las autoridades emiratíes complican la recuperación de fondos y el progreso del caso. Mientras tanto, Dubái sigue siendo un refugio para aquellos que, como Silva, han aprovechado su capacidad económica para escapar de la justicia.

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