Pedro Mosqueda | La fiesta de Luis Abinader

0
Pedro Mosqueda

En su primer viaje (1492-93), Cristóbal Colón llegó a varias islas del Caribe; a una la llamó San Salvador (estuvo a punto de ser linchado por sus impresentables y nerviosos colegas), a otra, Cuba, la llamó Juana y a lo que hoy es Santo Domingo o República Dominicana, la llamó La Española. Fue su preferida. Un accidente lo obligó a quedarse; chocó la Santa María y con su madera construyó el fortín La Navidad.

Los Reyes Católicos, desesperados por encontrar nuevas rutas comerciales, apoyaron la histórica aventura diseñada por aquel almirante inteligente y locuaz.

El tema es o fue caletre en nuestras escuelas primarias. Lo cierto es que el tal descubrimiento de América, hay quien dice, cambió la historia para siempre.

Ese pedazo de tierra unido, los nativos le llamaban Quisqueya (madre de todas las tierras). Por su riqueza e importancia estratégica, los dueños de los mares se lo disputaron hasta que en 1697 los españoles se quedaron con lo que hoy es la República Dominicana y Francia con Haití.

La relación de ambas naciones ha sido tortuosa. Haití es acusada de intentar varias invasiones; de hecho, ocupó República Dominicana durante 22 años (1822-1844), con una bandera para justificarse: abolir la esclavitud, unificar y alejar los peligros de una reconquista europea. Lograron parte de los objetivos. Es un tema de debate y análisis histórico.

LO MEJOR ESTA POR VENIR

De manera que las elecciones en República Dominicana fueron el domingo pasado y Luis Abinader fue reelecto. Sus primeros 4 años son evaluados como buenos; un gerente eficaz y populista. Afincado en la propuesta de terminar de construir el muro de 400 kilómetros (“Verja Perimetral Inteligente”), “Para garantizar seguridad y control de la inmigración ilegal, narcotráfico y tráfico de vehículos robados que padecemos hace años, y lograr la protección de nuestra independencia.”

La parte oscura ha sido la represión y persecuciones mediante redadas, deportaciones y cierres de puestos fronterizos. Se calcula que han deportado a 175,000 ciudadanos. Es obvio que el presidente ha aprovechado la crisis y todo lo desastroso de la espiral de violencia en Haití y, montado en esos temores y discursos de odio, logró construir un poderoso capital político.

Aun así, sus adversarios, todos juntos, han obtenido una votación casi pareja con la de Abinader. Omar Leonel Fernández Domínguez (opositor), hijo del expresidente reelecto varias veces Leonel Fernández, resultó la revelación política del proceso. Es el senador más joven y con más votos electo en el circuito más importante.

Mientras tanto, Volker Turk, comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, le ha pedido al presidente que suspenda las deportaciones por su violencia y abusos sexuales contra civiles.

En camino viene una fuerza policial keniana respaldada por la ONU para combatir las pandillas en Haití; que, como ya sabemos, anda sumergida desde hace rato en el caos total.

Luis Abinader avanza: “O luchamos juntos por salvar Haití o lucharemos solo por proteger República Dominicana”. Así nadie pierde.

Este 31 de mayo es un aniversario del Día de la Libertad (en esta materia los dominicanos se la han visto feas). Ese día fue el fin de la Fiesta del Chivo, el fin de la oprobiosa dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, a quien Mario Vargas Llosa retrata de cuerpo entero en su famosa novela, luego llevada al cine.

El reelecto presidente es el primero de República Dominicana nacido después del fin de la dictadura sanguinaria. Él también tiene su fiesta (le sobra dinero y academia) y razones de sobra para cerrar la pasada semana con un discurso optimista: “Lo mejor está por venir.”
Que así sea…

Nos vemos por ahí.

Dejar una respuesta

Por favor, introduce tu comentario
Por favor, introduzca su nombre aquí