En un operativo de alto impacto, las autoridades estadounidenses han arrestado a dos figuras prominentes del Cártel de Sinaloa, uno de los grupos criminales más poderosos y violentos de México. Ismael Zambada García, conocido como «El Mayo», y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, fueron detenidos en El Paso, Texas, según informó el Departamento de Justicia el jueves.
El arresto de Zambada García, de 76 años, cofundador del cártel, y Guzmán López, quien asumió un rol de liderazgo tras la extradición de su padre en 2017, representa una gran victoria para el FBI, la DEA y las Investigaciones de Seguridad Nacional. Ambos han sido responsables del tráfico de grandes cantidades de cocaína y fentanilo a Estados Unidos, Europa y otros lugares.
El fiscal general Merrick Garland afirmó que «El fentanilo es la droga más letal que nuestro país haya enfrentado jamás» y aseguró que no descansarán hasta que todos los responsables paguen por sus crímenes.
Los Chapitos: el auge del cartel de Sinaloa en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos
Las autoridades revelaron que Zambada García fue trasladado a Estados Unidos bajo falsas promesas de Guzmán López, quien lo convenció de abordar un avión privado. Este engaño resultó en su detención y posterior traslado a una instalación en El Paso.
Conocido por su perfil bajo en comparación con «El Chapo», Zambada García nunca había sido encarcelado a pesar de su extensa carrera criminal. Ha sido una figura clave en el tráfico de drogas y corrupción política, con vínculos profundos y duraderos con diversos capos colombianos.
Los arrestos son parte de una campaña intensificada contra el fentanilo, una droga que ha causado una crisis sanitaria en Estados Unidos, con más de 100,000 muertes anuales. Sin embargo, expertos como Falko Ernst del International Crisis Group advierten que estos golpes pueden desatar más violencia interna en el cártel, dada su estructura descentralizada y resistente a este tipo de acciones.
El arresto de Zambada García no solo marca un hito en la lucha contra el narcotráfico, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del Cártel de Sinaloa y la posible escalada de violencia. La colaboración entre Estados Unidos y México en esta operación destaca la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado.
Con la detención de estos dos líderes, el mensaje es claro: la justicia no descansará hasta desmantelar las organizaciones que amenazan la seguridad y la salud pública a nivel global.