El Tribunal de Apelación de Svea, en Suecia, sentenció este mes a la exdirectora ejecutiva de Swedbank, Birgitte Bonnesen, a un año y tres meses de prisión por su implicación en un caso de fraude grave relacionado con lavado de dinero en Estonia. Este caso ha sacudido a varios bancos nórdicos, poniendo en entredicho sus actividades en los países bálticos. Con información de EFE.
El tribunal determinó que Bonnesen ofreció información engañosa en diversas entrevistas con medios suecos, minimizando la relación del banco con las operaciones sospechosas en Estonia. «Las declaraciones de Bonnesen generaron la falsa impresión de que no existían sospechas sobre la filial de Swedbank en Estonia y su vinculación con el lavado de dinero», afirmó el tribunal en su comunicado.
El objetivo detrás de sus declaraciones, según el fallo, era mejorar la percepción económica de Swedbank, causando un daño significativo en la evaluación del banco. Sin embargo, Bonnesen fue absuelta de las acusaciones de manipulación de mercado.
Aunque un tribunal de primera instancia la había declarado inocente en enero de 2023 por falta de pruebas suficientes, esta nueva sentencia revierte aquella decisión. Bonnesen fue nombrada directora ejecutiva de Swedbank en 2016 y despedida en 2019, tras las revelaciones de irregularidades bajo su gestión.
En marzo de 2019, las autoridades suecas ya habían multado a Swedbank con 4.000 millones de coronas (389 millones de euros) por «deficiencias graves» en la prevención de lavado de dinero en sus operaciones en los países bálticos, en un escándalo que también involucra a otros bancos nórdicos.
El caso más notorio es el de Danske Bank, el principal banco de Dinamarca, cuyas operaciones en Estonia entre 2007 y 2015 están bajo sospecha de haber facilitado el movimiento ilícito de aproximadamente 200.000 millones de euros, considerado uno de los mayores escándalos bancarios de la historia reciente.
Las investigaciones se han extendido a varios países, incluidos Estonia, Francia, Suecia, Dinamarca y Estados Unidos, poniendo en el centro del debate la responsabilidad de los bancos en la lucha contra el blanqueo de capitales en la región.